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miércoles, 6 de julio de 2011

Deseos de cosas imposibles.


En cinco minutos me encontré en la puerta de su casa. No tenía intención de llamarle, esperaría allí hasta que él hiciera acto de presencia. A decir verdad no tenía ni su número de teléfono, eso sólo habria supuesto una tentación de matrallearle a mensajes, lo que sin ninguna duda seria un error.
Según pasaba el tiempo yo reflexionaba sobre la verdadera razón de mi presencia allí. ¿Cómo después de tanto tiempo no habia conseguido librarme de mi dependencia a él? Debía de deberse al hecho de su apoyo en todos los momentos claves de mi vida. Era cierto que la última vez que le ví nos dijimos adiós para siempre, pero, ¿cuántas veces más me habia prometido que estaría ahí si lo necesitaba? Aunque para pedir que el cumpliese promesas yo debería de haber cumplido las mías. No sé. Todo era demasiado complicado asique dejé de darle vueltas, a fin de cuentas ya estaba allí. No sabía cómo reaccionaría, ni él, ni yo. Estaba allí por un abrazo, por uno de esos que te envuelven y te alejan del mundo, de los que no te dejan pensar en nada más y te hacen sentir protegida; no tenía por qué ser un abrazo que significase nada más. No necesitaba ni una palabra, ni un gesto. Yo solo quería que me abrazase con esos brazos que siempre habian aparecido en mis sueños que poco después también fueron pesadillas. Quería que él me rodease y mezclase sus dedos en mi pelo, eso era todo. Después, después simplemente me iría.
Pasó una hora, una y media, dos, dos y cuarto... Y entonces, sin precedentes, sin aviso, apareció. Vestía un bañador rojo que le cubría casi hasta las rodillas y una camiseta morada con un motivo colorido, llevaba el pelo algo más largo de como yo lo recordaba, ahí estaba él. El motivo de mis idas y mis venidas, de mis sueños y mis pesadillas, la persona que más feliz me habia hecho y también la que más me habia hecho llorar.
Me miró, obviamente estaba sorprendido, creo que incluso más de lo que yo me sentía al darme cuenta de que realmente estaba allí.
Tiempo atrás esos segundos hubieran sido más que suficientes para descrifrar qué era lo que estaba pensando pero esta vez fué diferente. No supe reconocer la expresión de su cara y, sorprendentemente eso despertó en mi una necesidad incontrolable de acercarme. Avancé un paso, luego otro. Estaba a escasos centímentros de él después de tanto tiempo separados y, lo hice, le abracé. A diferencia de lo que hubiera esperado no me sentí patética cuando él no me devolvió el abrazo, yo reconocía ese olor, ese cuerpo. Él se quedó inmóvil con los brazos pegados a su cuerpo tratando de evitar rodearlos a mi cintura durante unos segundos
Quién sabe si finalmente cedió, yo a fin de cuentas no estaba allí.

1 comentario:

  1. Que lindo :D Realmente m ha gustadooooo :D Especailmente est parte: "Yo solo quería que me abrazase con esos brazos que siempre habian aparecido en mis sueños que poco después también fueron pesadillas. Quería que él me rodease y mezclase sus dedos en mi pelo" Me he sentido tan identificada :D Talvez algun dia me anime a darle un abrazo <3
    Un besito, si puedes pasate

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